Dice Miguel de Unamuno que la patria duele. A mi me duele México.
Me duele por la propaganda demagoga del Bicentenario de la Independencia y el olvido deliberado del Centenario de nuestra Revolución. Me duele por el poder de facto que nos gobierna. Por la simulación de un hombre que llegó a la Silla del Águila acusado de robarse unas elecciones. Me duele por el saqueo sistemático de nuestras riquezas a manos llenas. Por el autoritarismo imperante, por la impunidad y el poderío militar en sus calles. Me duele la connivencia de las autoridades con el crimen organizado, el apoyo suicida a un cartel de la droga, el allanamiento del camino deteniendo a los enemigos del capo del sexenio. Me duele el goteo de víctimas de esta guerra irresponsable, el primitivismo de algunos mexicanos que asesinan a sus hermanos mexicanos, la falta de compasión, la barbarie. Me duele el robo de nuestra tranquilidad, el hurto de la paz en los parques, el secuestro de sus avenidas en calma. Me duele la falta de democracia, la imposición televisiva de un candidato presidencial, la vuelta del PRI a los Pinos... Hay tanto dolor en 2010, tanto que, me duele seguir el recuento.
Prefiero en cambio pensar en el significado de Patria. ¿Qué es finalmente la patria? La suave patria como diría Ramón López Velarde.
Y no quiero parecer nacionalista ni chauvinista. Insisto en el concepto: ¿Qué es la patria, más allá de la bandera, el himno y la propaganda oficial? La visualizo. Y en este instante recuerdo la alegría de los mexicanos. La alegría que estos malvados no nos han podido robar. La alegría sigue siendo nuestra seña de identidad. México es mucho más que su gobierno corrupto, mucho más que los 10 carteles que se disputan nuestro territorio, que la violencia endémica que padecemos. México es mi tierra bonita cantada por Lucha Villa, el mole negro de Oaxaca, la majestuosa Sierra Madre. México es los poemas de Jaime Sabines, los ensayos de Octavio Paz, las novelas de Carlos Fuentes, los libros de Elena Poniatowska. México es su gente maravillosa, sus mujeres orgullosas y sus hombres dignos; el trabajador que cada mañana se levanta y hace posible el milagro de este país. México es sus volcanes imponentes: el Popo, el Izta, el Pico de Orizaba, los mariachis, los chiles en nogada, el tepache y sus cantinas. México es el esplendor de la Selva Lacandona, las arenas blancas del desierto de Sonora, el influjo de Teotihuacan, Palenque y Monte Albán. México es las rancheras de Jorge Negrete y José Alfredo Jiménez, los corridos norteños, la marimba; el machacado con huevo, las tlayudas, los pambazos y las quesadillas de flor de calabaza o huitlacoche. México es el lago de Chapala, las ballenas del Mar de Cortés, el turquesa de la Riviera Maya, el insólito viaje en el tren del Pacífico. México es el náhuatl, el maya, el totonaca o totzil; también sus huipiles, las guayaberas, las blusas de tehuana y las faldas de china poblana. México es el sincretismo: Dios y Huitzilopochtli; criollos e indígenas, el español y el zapoteco; la pura Castilla y el Tojolabal. México es la risa de sus niños jugando al fútbol en la cuadra, el bullicio del Mercado Juárez, la algarabía de Garibaldi, el tequila del Tenampa y el danzón del Tropicana. Los cacahuates enchilados de la Guadalupana y la nieve de rosas en Coyacán, el caldo de camarón en El Nivel, las cheves y cheladas de La Opera; una tarde soleada en el Zócalo, los rebozos de seda. México es los pelícanos y delfines de Puerto Escondido, la grandeza del Palacio Nacional, los arrecifes de Isla Mujeres, el buceo en los cenotes, los manglares de Cancún, el desierto lleno de mezquites de Nuevo León, los magueyes de Jalisco, los chips de platano macho, la serenata de Manuel M. Ponce. México es un Tehuacan con limón y sal para la cruda acompañado de menudo, las tertulias con Ximena en el Al de la Calzada Madero, unos tacos al pastor con piña en Los Güeros del DF o los volcanes con queso en Guadalajara. México es el pueblo mágico de Real de Catorce, una comida en Tlaquepaque, las enchiladas, las tortas ahogadas y el misterioso Tepoztlán, los ríos de Veracruz, un paseo en bicicleta en Cozumel, la sombra de una chafalaria, la papaya, el chayote y la chirimoya. México es tacos mañaneros los sábados, los alcatraces de Diego Rivera, las cactáceas de Coahuila, el olor azar de Montemorelos, las calles polvorientas de mi pueblo, las carnes asadas con los amigos, los domingos en el rancho con la familia, "La Llorona" cantada por Eugenia León, los autoretratos de Frida Kahlo. México es las mariposas monarcas en la terraza de mi casa, la talavera de mi baño, el framboyan y las bugambilias de mi jardín, mi vajilla de Tonalá pintada a mano. México es Manuel bailando el jarabe tapatío y María con trenzas cantando México Lindo y Querido....
México es mucho y mucho más....
Y hoy lo voy a celebrar. No me quedaré en casa viendo el espectáculo en la tele como recomienda "el Gobierno Federal". Lo voy a celebrar con lo mejor de México: su gente, mi gente, mis amores. Me tomaré unos tequilas, cenaré tamales, me vestiré de china poblana y gritaré mi amor por ti a los cuatro vientos.... ¡Viva México!... Y como dijo el cura Hidalgo: ¡Muera el mal gobierno!
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