lunes, 30 de enero de 2012

Hambruna en México

En Doctor Arroyo nunca padecieron sequía tan intensa como la actual
El sur de NL, otra región en contingencia por hambruna
La talla de lechuguilla ya no deja ni para comer, dicen sus habitantes
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La talla de lechuguilla, un oficio que abuelos y padres han transmitido y que ahora enseñan a los hijos y nietos, que a lo largo de los años no conocerán otra forma de ganarse la vidaFoto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 29 de enero de 2012, p. 33
Doctor Arroyo, NL. Desde muy temprano, Margarito Cruz Chávez va a las faldas del cerro del Altiplano nuevoleonés a buscar entre matorrales y cactáceas la lechuguilla para tallarla y extraer el ixtle. De eso depende la supervivencia de su familia, que apenas alcanza una comida al día con los 11 pesos obtenidos por cada kilo. La siembra de temporal desapareció hace año y medio por la falta de lluvia:Nos estamos muriendo de hambre y a nadie le importa. Nunca habíamos estado tan mal.
                          Margarito Cruz Chavez con la lechuguilla de donde extrae el ixtle.  Foto: Sanjuana Martínez
En el piso está el banco, el tallador, la arrancadora y la oaxaca, instrumentos que utiliza para la talla a mano por la cual le dan 4 pesos más por kilo. Pero al día, trabajando 10 horas, sólo puede llegar a sacar tres kilos de fibra: “Si talla 50 pesos mi señor no ajustamos ni un almuerzo: 25 el kilo de frijol, la maseca en 13, porque no hay maíz, y el aceite en 30 y tantos... ¿usted cree? En el día damos una comida, con una tenemos”, dice su esposa Cándida Cruz Espinosa.
   Cándida Cruz Espinosa con el ixtle pagado a solo 11 pesos el kilo.  Foto: Sanjuana Martínez
Con seis hijos y ocho nietos, la familia vive de la talla de lechuguilla, oficio que los abuelos y los padres les trasmitieron y que ahora enseñan a los hijos y nietos: Voy ajustar 50 años y no conozco otro trabajo. ¿Qué más?: aquí no hay otra cosa.
Su hija Beatriz Cruz Cruz, de 21 años, lo interrumpe con un bebé en los brazos: El carro de lechuguilla lo viene uno tallando a la semana, fíjese. De aquí a que salga el ixtle y se seque. Lo compran en la cooperativa, pero ya nos dijeron que dentro de poco ya no lo van a comprar. ¿Qué vamos a hacer? De por sí, ahorita estamos comiendo puro chilito, como quien dice, luego ya ni eso. El pollo o la carne tenemos mucho tiempo sin probarlos.
                             Beatriz Cruz Cruz: "estamos comiendo puro chilito". Foto: Sanjuana Martínez
Tiene dos niños, ambos enfermos de gripe. Aquí los niños mueren a veces de una simple diarrea: En el centro médico no tenemos medicinas desde hace meses, ni tampoco doctor, hay que ir a la cabecera municipal, pero cobran 700 pesos. Bien nos muremos (sic) porque no alcanzamos a llegar. Ya han quedado varios en el camino.
Cándida, su madre, padece diabetes desde hace tres años. Dice que la enfermedad le surgió por una pena. Su nieta Anahí nació con dificultad: “Estábamos en la salita de espera y escuchamos el llorido. Nos dio un brinco el corazón de alegría, pero al rato el doctor salió y nos dijo: ‘ya nació la niña, pero con un pequeño problema para respirar’. No nos dijo nada de que íbamos a batallar”.
Al mes y medio, la bebé lloró sin parar durante días y de pronto dio muestras de su enfermedad: Le pegaron esas, ¿cómo se llaman?, ¿convulsiones? Le pegaron como diez, yo la agarraba y me la apretaba al pecho porque echaba unos gritos enloquecidos, como cabrito cuando lo matamos. Luego supimos que se llama parálisis cerebral.
En este desierto donde no crece nada hace años y las vacas van muriendo por falta de agua y comida, la presencia del Estado es casi nula. Cándida llora por la seca y por su pena. Está empeñada en conseguirle una carreola especial a su nieta para que pueda salir de su encerramientoLa pobrecita no mastica, sólo chupa. Nomás vive sentadita. Me juzgan loca porque sólo pienso en ayudarla. Tiene que haber alguien que nos ayude, con el ixtle no nos alcanza ni para comer.
La fibra de plástico ha ido desplazando al ixtle con el consiguiente deterioro de vida para miles de artesanos que en la región sur de Nuevo León no tienen otra manera de sobrevivir. La falta de industria y de infraestructura gubernamental y ahora la sequía y la hambruna han obligado a cientos de personas a emigrar.
Francisco Javier Alvarado, cronista e historiador del sur, nació en Doctor Arroyo y decidió dejar su pueblo para optar por una mejor vida. Con 16 hermanos sus padres no podían ofrecerle más que el oficio de tallador de ixtle: La talla de la lechuguilla nunca fue redituable y menos ahora. En otras épocas había oficinas del FCL de la forestal, donde acopiaban todo el ixtle del sur y se enviaba a Matehuala, Tamaulipas, y San Luis Potosí para hacer cordelería, reatas, mecates o cepillos para limpiar los metates, pero la sequía ha afectado todo.

Francisco Javier vivió tres sequías intensas, pero ninguna como ésta: En la primera sequía de los 60 nos manteníamos con sopa dorada y papas; en la siguiente, con tortilla y chile del molcajete, directo. Y ahora la sequía con el polvo suelto da como 20 centímetros de altura, los estanques están secos completamente.
Cuenta que antes por lo menos tenían flores de calabaza y de yuca para alimentarse, ahora ni eso dejo la seca: En los 40 el sur de Nuevo León fue uno de los grandes productores de maíz y frijol. Las labores de temporal se sembraban en abril, mayo y una segunda vez en septiembre y octubre. Se le llamaba el granero de Nuevo León.
Poco a poco las políticas institucionales abandonaron el campo. Los silos que almacenaban aquellas grandes producciones han quedado como símbolos de la decadencia y permanecen vacíos: Se acabó, todo se acabó por falta de estímulo y por el abandono y olvido institucional. Allí están las tierras ociosas con estas leyes agrarias.
La llegada de la fibra de plástico fue sustituyendo el trabajo de los ixtleros sin políticas públicas que les ofrezcan otra forma de vida. La sequía ha cobrado 10 mil cabezas de ganado y 40 mil hectáreas de maíz y frijol, es la peor en 50 años: “Siempre hemos sorteado las inclemencias, pero ahora la sequía está más terrible y es más difícil de superar. Antes corrías al monte y estaban las tunas y los nopales y teníamos la consistencia del maíz, con calabazas y caña de azúcar. Ahora, ni eso. Antes, en la época de seca, hacíamos calditos de flor de calabaza o de cabuches, la flor de la visnaga e incluso hongos huitlacoche. Pero no ha llovido. Todo se acabó. Después de año y medio así, ahora dicen que el gobierno va a traer despensas. Esos son mejorales, con eso no se arregla la pobreza extrema”.

Con más de 10 mil habitantes y decenas de ejidos en el desierto, el paso del estado en este municipio es casi inexistente y a veces muy ineficiente. María Luisa Lucio Montoya, de Santa Rita, muestra las pocas bondades del proyecto Vivir Mejor. Hace meses unos señores le ofrecieron el promocionado piso firme en un cuarto dejándole el techo lleno de agujeros: El frío se cuela y con el sereno se me moja todo. Lo del piso firme es puro mugrero.
La ayuda social en el sur de Nuevo León, como en otros municipios, está sometida a cuestiones electorales. Los que apoyan al PRI, el partido del gobernador Rodrigo Medina, tienen acceso a los pocos programas, y también las que votan por el PAN, partido del alcalde Jesús Lara.

Por eso, María de Jesús Montoya Pineda de 73 años hizo su cocina de puras lágrimas, porque está desengañada y no quiere apoyar a ningún partido.
Siempre vivimos de la talla de la lechuguilla. Ahora estamos desesperados. Con la seca no hay nada y la talla ya no deja.



domingo, 22 de enero de 2012

En el sur de Nuevo León la crisis alimentaria tiene más de un año

Sequía, hambruna y abandono gubernamental vive la gente 

Reses muertas por la sequía, en el estado de Nuevo León Foto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 22 de enero de 2012, p. 38

Doctor Arroyo, NL. La estufa de María Cruz Oliva Arzola está hecha de tres llantas apiladas rellenas de adobe. Al lado de la lumbre hay un jarro vacío requemado. El molino de nixtamal lleva varios meses sin usarse. La cocina es de láminas y madera, por donde el frío se cuela. El piso, de tierra. Las vasijas están vacías. No hay maíz, tampoco agua potable, mucho menos frijol. Los animales han muerto, sólo le queda una gallina con pocas plumas que de vez en cuando le da un huevo: Ahorita no tengo nada. Aquí no hubo agua, no nos llovió. Tenemos más de un año así.

Vive en Santa Rita, a 100 kilómetros de este municipio ubicado al sur de Nuevo León, en la sierra Madre Oriental, a mil 700 metros de altura, en medio del desierto, y a 350 kilómetros de Monterrey. No hay una sombra de árbol, todo está cubierto por el terregal blanco y los pozos están secos, anegados o con agua pestilente que la gente se ve obligada a ingerir ante la sequía más severa en esta región de los últimos 50 años.

La escena del pueblo recuerda a El llano en llamas, de Juan Rulfo. Matorrales, lechugilla, nopales, yucas, candelillas, hojasén, cerros pelones, llanos; tierra con grietas y el cielo nítido sin la más mínima sombra de una nube con lluvia. Aquí no crecen ni los zopilotes, aunque hay víboras de cascabel y lagartijas. Las reses famélicas, muertas por la sed y la hambruna, muestran su piel pegada al esqueleto.


María Cruz tiene 66 años, 10 hijos y un montón de nietos. Hoy es un día especial porque ha podido cocinar pan gracias a un kilo de harina y medio litro de leche que le regalaron. Dice que al hambre que cruje la boca del estómago la engañan con galletas de animalitos y tortillas con sal. Hace dos meses comió pollo. La carne no la ha probado en los últimos años: La carne nomás en sueños. Leche no hay. Los animales se nos murieron. ¿Café? ¿De dónde?... El vasito de agua para cenar, y órale a dormir.
               María Cruz Oliva Arzola  Foto: Sanjuana Martínez

Ríe constantemente. Le faltan los dientes frontales. Los surcos de arrugas cruzan su cara. Tiene los ojos amielados y el pelo cano. Lleva una cruz de madera al cuello y usa un viejo delantal que parece nunca quitarse a pesar de la falta de alimentos. Generosamente ofrece un pedazo de pan caliente que mira con ilusión. Hay una vieja mesa de madera y trastos inservibles como un refrigerador antiguo qe le dieron, pero no funcionó. Los frascos están vacíos. No hay sal, ni azúcar, tampoco especies.

Desde los siete años aprendió a tallar la lechuguilla, de donde obtiene el ixtle que después vendía para conseguir dinero y darle de comer a sus hermanos pequeños. No conoce otra forma de vida más que la pobreza. Pobres eran sus abuelos, sus padres, y ahora sus hijos y sus nietos: No voy a engañar a nadie. Esta es mi vida.

Promesas incumplidas

México padece la peor sequía en 70 años. Más de mil municipios sufren los estragos de la falta de lluvia desde hace 16 meses, y 2 millones de personas están afectadas. Los 10 mil millones de pesos destinados por la Federación en un plan de emergencia no han llegado a esta parte de la República.

Hace unas semanas el gobernador Rodrigo Medina estuvo en Doctor Arroyo y dijo que entregaría ayuda a sus habitantes de los 315 millones de pesos enviados al estado para paliar los estragos de la sequía que ha provocado la pérdida de más de 40 mil hectáreas de frijol y maíz y la muerte de 10 mil cabezas de ganado.

A 15 kilómetros de terracería se encuentra Santa Rita. Las casas son de adobe, lámina, cartón y cemento. Las mujeres se empiezan a reunir en la plaza. Protestan por las promesas incumplidas del gobernador priísta Rodrigo Medina y el alcalde panista Jesús Lara Cervantes.
  Cheque de cartón, el dinero nunca llegó. Foto: Sanjuana Martínez

María Concepción Duarte Quiñones muestra un cheque gigante de cartón que hace más de un mes les entregaron para que los políticos se tomaran la foto propagandística electoral, un dinero que nunca llegó: Es el puro cartón, queremos el dinero. Vinieron muchos señores. Para qué prometen si no van a cumplir. Mentirosos. Nos da mucho coraje que cuando andan en las candidaturas nos vienen a buscar, a abrazar y a abrazar, porque quieren el voto, y cuando ya están sentados no se acuerdan de uno. Y va uno a buscarlos y nos dan con la puerta en la cara. No se acuerdan de los campesinos que nos estamos jodiendo de hambre, con perdón de usted.

María Concepción entra en una especie de monólogo mientras las otras mujeres guardan silencio y la escuchan atentas: Los políticos saben que aquí vivimos de puro tallado de la lechuguilla. Nuestros maridos tardan dos días para tallar tres kilos, cada kilo nos lo pagan en 11 o 14.50; el puro kilo de frijol cuesta 25 pesos, el aceite 28, la azúcar por las nubes. El día que comemos frijoles no comemos sopa ni tortillas, como quien dice. Nuestras familias viven de puras cucharas. No hay maíz. El día que muere un animal por la seca nos dan un pedacito de carne.

La reunión de mujeres se va convirtiendo en una especie de romería de tragedias y desgracias. Los campesinos de este lugar sufren todo tipo de carencias. Además de falta de alimentos y agua, carecen de servicio médico. Los doctores se niegan a venir hasta este lugar alejado de todo. No hay medicinas y en las urgencias los ancianos y los niños son los primeros en morir.

       Arcelia Rodríguez y Valente Herández R. Foto: Sanjuana Martínez 
Valente Hernández Rosales, de 67 años, está sentado en una silla con dos perros bañados en tierra debajo de él. Tiene la mirada perdida. No habla. Hace 10 meses trabajando en el monte se le enterraron unas espinas de mezquite en el pie. Dos de sus dedos se le pusieron negros y finalmente se los amputaron: Con la azúcar está encegado completamente. No hay quien lo atienda, dice Arcelia Rodríguez, de 56 años, con cinco hijos. Sus manos y su rostro están tan arrugados como una ciruela pasa.
Recorrer las veredas y los caminos de los ejidos hasta la cabecera municipal cuesta 700 pesos. La gente no tiene dinero para acudir al centro médico. No hay ningún tipo de transporte. Lo único que se ven son burros: La gente se muere. ¿Con qué los movemos? Ahorita no tenemos ni para comer. Mi madre tiene neumonía y no tengo con qué curarla, ni doctor que la vea. No hay ni medicina, dice Audelia Rodríguez Tovar, de 39 años, mientras su hijo de cuatro años bebe un refresco entre sus piernas.

La lucha por la crisis alimentaria está encabezada por las mujeres. La mayoría talla la lechuguilla al igual que sus maridos, pero son ellas las que intentan formas de alimentación en las cocinas como Juana María Lucio Montoya, con tres hijos: Me desespero. A veces digo: ¿hoy qué les voy a dar? Hay días que sólo comemos atole de masa con chile.

Acaba de cruzar los 15 kilómetros de terracería y está cubierta de tierra blanca: La gente está muy pobre. Los animalitos se nos están acabando por la seca. Aquí está uno olvidado, abandonado. El alcalde y el gobernador se esconden. Nunca nos han dado nada, ni una despensa.

Sin agua

Aquí la Conagua no existe. Hay dos aljibes semivacíos. El agua que queda es color oscuro y huele mal. La manera de extraerla es rudimentaria. Dos niñas y un niño en el carro tirado por un burro llenan un tambo a cubetazos extraídos con cuerda. Jenny Huerta tiene 11 años y dice que viene tres veces al día a surtir el líquido: Así la tomamos. Todos los del pueblo bebemos esta agua. No hay más, es la única que nos queda.


Sólo 0.15 por ciento de las casas ubicadas en los 5 mil kilómetros cuadrados de Doctor Arroyo tiene drenaje y agua potable; y únicamente la mitad recibe energía eléctrica. El gobierno estatal y municipal se han negado a invertir en infraestructura. Argumentan que la perforación de pozos es costosa y se limitan a construir techos cuenca para almacenar agua que finalmente resulta contaminada, según señala el regidor Gerardo Javier García Maldonado.


Con 15 años dedicado a la atención en la zona sur del estado, entrega más de 200 despensas cada 15 días. La gente lo sigue, lo abraza, lo besa. Le piden solución a sus múltiples problemas, pero la magnitud de la catástrofe por la sequía es enorme: La gente tiene hambre. El fondo de ayuda no lo están implementando en pozos profundos o bombas para extraer agua. La gente está desesperada. ¿Cómo es posible que saquen agua sucia con un bote? ¿Que tomen esa agua? Por eso hay enfermedades, desnutrición, muerte.
           Gerardo Javier García Maldonado.  Foto: Sanjuana Martínez

Gerardo Javier camina por el desierto, usa botas vaqueras oscuras, cinto piteado, pantalón de mezclilla, sombrero norteño, camisa a cuadros. Nació en esta tierra y se siente desolado al recorrer la zona de desastre y sus consecuencias en la gente que quiere: En uno de los estados más ricos, el gobierno no acepta que hay 2 millones de personas que viven en extrema pobreza y no tienen qué comer. En Nuevo León hay hambruna como en Chihuahua, Zacatecas y Durango, pero lo quieren esconder.

domingo, 15 de enero de 2012

Los desaparecidos por la Marina están en el limbo

Afirma que los retuvo pero que fueron capturados por delincuentes
Versiones contradictorias de la Marina sobre desaparecidos
Los dichos, inverosímiles, señala ombudsman de Nuevo Laredo
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Familiares de desaparecidos por la Marina en Nuevo Laredo aseguran que se topan con pared al acudir a denunciar los casos ante la PGRFoto La Jornada
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 15 de enero de 2012, p. 6
Nuevo Laredo, Tamps. Amenazada de muerte tras denunciar a la Armada de México por la desaparición forzada de su esposo, Oralia Guadalupe Villaseñor Vásquez intentó obtener el estatus de refugiada en Estados Unidos, pero prefirió regresar a México: Mi vida está aquí y no puedo abandonar a mi esposo.
Desde hace siete meses, Oralia Villaseñor sigue un ritual en honor a su marido, José Fortino Martínez Martínez. Diariamente, en la casa que ambos compartían con sus cuatro hijos, lo nombra en cada comida, bendice la ropa de él que hay en el armario y por las noches lo sueña y siente su presencia: Hubiera sido una cobardía no volver. ¿Si nosotros no le movemos, quién lo hará?....
Vivir esta situación implica paciencia y, en su caso, misticismo. Compró pastel y 34 velitas el día del cumpleaños de él; también lo incluyó en el festejo de Navidad y Año Nuevo, sin faltar el aniversario de bodas. Mi corazón me dice que está bien, vivo; mi corazón me dice que pronto va a estar con nosotros; mi corazón cree que la Marina me lo van a devolver, pero más que nada creo en Dios. Noticias malas no han llegado, quiere decir que está con vida.
Las lágrimas no cesan, se limpia con la mano. Dice que ha preparado el regreso de su esposo; tapó las decenas de agujeros de bala disparados a la fachada de su casa luego de denunciar a la Marina; resanó las paredes para que su esposo vea todo igual, incluso cada mueble, cada cosa en la casa sigue en el mismo lugar: “Sé que la Marina los maltrata mucho, pero Dios lo está protegiendo. He tenido sueños en los que él regresa. Entra y me dice: ‘ya llegué’. Sé que así va a ser. Mucha gente piensa que estoy loca, pero creo va a volver. La casa está igual, no he movido nada”, dice mientras su hija, de tres años, pregunta: “¿Cuando va a volver papi? Ella contesta lacónica: Ya mero, ya mero viene
Oralia Villaseñor Vásquez con la foto de su esposo en el celular. Foto: Sanjuana Martínez 
No existen
Los desaparecidos por la Armada de México no existen para la PGR ni para la justicia militar; se encuentran en el limbo, dice Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Tamaulipas: El gobierno debe abrir una comisión de la verdad para investigar los cientos de desapariciones; no fueron privados de su libertad por delincuentes, sino por el Estado y nadie del gobierno hace nada. Sólo nos ignoran.
Además de Martínez Martínez, la Armada de México se llevó, en los primeros días de junio, a 14 personas más de la misma zona, aunque el número es mayor, pues muchos no denunciaron por temor.
Cinco meses después, la PGR contestó a Amnistía Internacional en una carta fechada el 11 de noviembre sobre estas imputaciones: Se obtuvo información de que el 4 de junio pasado (la Secretaría de Marina) tuvo contacto con los presuntos agraviados en Colombia, Nuevo León.
La versión que la Marina ofrece es similar a la de otros casos y resulta contradictoria, ya que los marinos sacaron a los ahora desaparecidos de sus casas en Nuevo Laredo, según consta en fotografías y videos que tomaron los familiares de las víctimas. La carta señala que el personal naval tuvo contacto con los desaparecidos: “Personas que refirieron que eran obligados, bajo amenazas, a trabajar para el grupo delictivo Los Zetas, motivo por el cual se les invitó a colaborar para que proporcionaran información del área, en forma voluntaria; se les ofreció protección durante la estancia de las fuerzas navales en ese lugar. Así, fueron trasladados al poblado de Miguel Alemán, Tamaulipas, por su seguridad”.
La Armada de México declara que los presuntos agraviados fueron dejados en las inmediaciones de la Central Camionera en Miguel Alemán, a fin de que se transportaran con destino a Nuevo Laredo.
Para Ramos la versión de la Marina respecto a los desaparecidos es falsa: Es mentira. ¿Cómo es posible que la delincuencia los haya privado de su libertad después de que lo hizo la Marina, si ese municipio está controlado por la Marina y el Ejército? Es una versión inverosímil.
Los familiares insisten en que se topan con la pared al denunciar sus casos, porque nadie quiere enfrentar el poder de la Armada de México, según Ramos los desaparecidos son invisibles: “Para ellos no son personas, con derechos. Esta demostrado que los marinos los arrancaron de sus domicilios; a la autoridad no le interesa investigar a los responsables, por eso buscaremos tribunales internacionales”.
Los torturados
Alejandro Gil Martínez Martínez presenció el momento en que los marinos se llevaron a su hermano, José Fortino, y no ha dejado de buscarlo. Ha tocado todas las puertas de autoridades y ha sostenido reuniones con elementos de la Marina:Al principio me indicaron que lo tenían ubicado. Luego, aseguraron que estaban investigando. Después que la delincuencia organizada se lo llevó, y ellos los encontraron y los dejaron en Miguel Alemán. Son puras mentiras. Nos están dando largas.
Con visible indignación, añade: Según ellos a mi hermano se lo llevaron el 4 de junio de Colombia; a mi hermano lo sacaron los marinos de su casa, en Nuevo Laredo, el 5 de junio. Nosotros tenemos fotos y videos como prueba. Los seguimos desde que lo sacaron, luego se lo llevaron al hotel Santa Mónica. En la PGR mostramos las fotos y videos y tienen miedo porque se trata de la Marina. Nos dicen que no pueden hacer nada.
Desde hace siete meses, Alejandro Martínez ha emprendido una investigación sobre la desaparición de su hermano. Pudo entrevistarse con otros secuestrados por la Marina como el trailero Arturo Vergara, actualmente preso: “Él duró secuestrado dos semanas, luego le habló a su hermano y comentó que cuando se lo llevaron los marinos lo trajeron dos días paseándolo, luego lo trasladaron a un sitio, lejos de Nuevo Laredo. Me contó que allí había muchos más; los tenían con los ojos vendados, los torturaron; él siempre oía gritos y lamentos. Me dijo: “Recuerdo que una mujer gritaba mucho, luego ya no la oímos más y uno de los marinos dijo:ya se nos dobló. Se les murió: quién sabe qué le harían”. Al final Arturo aceptó que traía droga para que no lo golpearan más. Le sembraron 60 kilos de coca y 30 de mariguana. Ahora está en la cárcel”.
Los testimonios de tortura son estremecedores: Nos juntamos muchas familias de desaparecidos. Había gente que fue torturada y luego liberada. Cuatro de ellos nos explicaron que los tenían en el Lienzo Charro, enterrados hasta el cuello, nos enseñaron las heridas. Les aventaban agua y les daban toques eléctricos en los testículos; traían los brazos y la espalda moreteados. Les pegaban en el trasero y en las plantas de los pies con tablas. Quisimos grabarlos, pero no quisieron porque tenían miedo. Los marinos los amenazaron con desaparecer a todas sus familias y matarlos.
La desolación provocada por la impunidad invade a familiares de desaparecidos, tanto que algunos, como Alejandro Martínez, prefieren pactar con los que llaman verdugos. Comenta afligido: Queremos decirle a la Marina que nos entregue a nuestro hermano como esté. Si le hicieron algo, ni modo, con una llamada anónima avísenos dónde está para tener dónde llorar. Y retiramos las denuncias en su contra. Nos olvidamos de todo. ¡Ahí muere!.

domingo, 8 de enero de 2012

Algo está cambiando

El crimen organizado se metió al PAN, señala el empresario, de la estirpe fundacional de ese partido
AMLO, la mejor opción para México; es falso que vaya a endeudarnos, dice Canales Stelzer
En las próximas elecciones sólo habrá dos opciones, porque elblanquiazul “está descartado”
El empresario regiomontano Fernando Canales Stelzer, fiel a sus principios. Foto: Sanjuana Martínez


Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 8 de enero de 2012, p. 8
Desde los cinco años, Fernando Canales Stelzer se recuerda panista, asistiendo a mítines de Conchello, Madero, Maquío y de su mismo padre, Fernando Canales Clariond; por eso –señala–, fue doloroso renunciar al Partido Acción Nacional,hastiado de la corrupción; aunque más doloroso fue ver un partido sin principios ni ideología; opaco, donde reina la impunidad y sólo quedan unas siglas.
Y pero aún –sin ambages añade–: el crimen organizado se metió al PAN. Esta frase lapidaria y contundente no la dice cualquier persona, Canales Stelzer, pertenece a una de las grandes familias empresariales de México y su estirpe representa los apellidos emblemáticos fundacionales del PAN, que ahora se alejan y, en su caso, se adhieren al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y apoyan la candidatura del líder de la izquierda: La mejor opción es la que representa Andrés Manuel López Obrador y lo estamos apoyando para que en julio se convierta en el próximo presidente de México.
Con 38 años, formó parte de diversos gobiernos municipales panistas y desde adentro pudo darse cuenta de que los ideales de Manuel Gómez Morín han quedado relegados por los gobiernos de Vicente Fox y el Presidente actual: “Felipe Calderón se fregó al PAN. Le valió y se rodeó de un equipo de amigos. Siempre que eso pasa es malo, incluso en tu propia empresa. Se enfrascó en un gobierno unidimensional: guerra contra el narco, guerra contra el narco y todo fue guerra contra el narco. El PAN esta destinado a un fracaso muy fuerte en 2012, y posteriormente a su desaparición”.

La esperanza
En la recepción de su oficina de la colonia Miravalle está un ejemplar del periódicoRegeneración, fundado en 1900 por los hermanos Flores Magón para atacar la dictadura de Porfirio Díaz, cuyo cabezal es utilizado ahora como el órgano oficial de Morena.
Canales Stelzer viste americana a cuadros, pantalón y suéter oscuros con camisa blanca y está sentado en la sala de juntas de Finestra, una de sus empresas. Cruza la pierna y desborda entusiasmo: Todos los que formamos Morena queremos tener una voz de esperanza para México, no para los grupos de poder y de intereses particulares. Somos un grupo de mexicanos y mexicanas que quieren generar mejores condiciones de vida para todos, no para unos cuantos.
Con una amplia sonrisa, añade: Ante un sistema político desgastado por la partidocracia y por las políticas internas, Morena busca el equilibro, busca hacer un movimiento ciudadano apoyando una candidatura como la de López Obrador. A eso le estamos apostando en el caso de un grupo de empresarios.
Actualmente organiza un encuentro con el líder de la izquierda mexicana para el próximo 17 de enero en Saltillo, Coahuila, y estimula a otros jóvenes empresarios a darse la oportunidad de escucharlo: “Andrés Manuel no va a ser un Chávez; será mejor que Lula, les digo. Unos no quieren correr el riesgo y prefieren Peña Nieto. Y los estimulo a ver a Andrés Manuel, a escucharlo.
Considera que los prejuicios contra López Obrador –orquestados en una campaña de satanización en las pasadas elecciones– han ido derrumbándose poco a poco, y comenta que ha logrado que cientos de empresarios por lo menos lo escuchen: Poco a poco está generando interés. Yo les digo: no es cierto que va a endeudarnos, ni a generar inflaciones, ni que les va a robar sus propiedades. Eso es totalmente falso. Existe mayor riesgo macroeconómico con el PRI que con López Obrador.
–¿Cómo fue que le interesaron Morena y Andrés Manuel?
–Me invitaron a una reunión con él y empresarios en Monterrey. Lo escuché y me gustaron dos cosas: que habló de la corrupción y la impunidad, para empezar, antes de ideologías. Si un país no tiene los suficientes niveles de transparencia en su gasto público, si no tiene controlada la corrupción y la impunidad, entonces no puede progresar para ninguna ideología; ni de derecha, centro o izquierda”.
–¿Que más le gusto de su discurso?
–Hace mucho que no escuchaba dentro de política económica e industrial el volver a pensar en un México competitivo. México se abrió mal: la competencia a escala global es buena, pero se requiere primero una competencia interna, y para ello hay que acabar con los monopolios públicos y privados. El neoliberalismo aplicado como se hizo aquí por el PAN no jala. Lo que tenemos en México es peor, ni siquiera puede llamarse neoliberalismo, es una cosa amorfa que no resultó. Esa cosa que crearon es aberrante porque seguimos siendo una fabrica de hacer pobres”.
La podredumbre
Canales Stelzer es economista, egresado del Instituto Tecnologico de Estudios Superiores de Monterrey y curso en Estados Unidos una maestría en finanzas. Vivió en Chicago y Nueva York, donde trabajó, y regresó a Monterrey en 2001 a incorporarse a IMSA, la antigua y poderosa empresa familiar de productos de acero, posteriormente vendida al grupo siderurgico Ternium, controlado por el conglomerado ítalo-argentino Techint.

Continuó con sus proyectos empresariales y sociales, hasta que en 2006 se convirtió en síndico primero del ayuntamiento del próspero municipio de San Pedro Garza García, en la administración del panista Fernando Margáin.
Ha sido representante de casilla y ante el Comité Municipal Electoral; ha participado como voluntario en muchas campañas electorales y en 2009 fue secretario de San Pedro Garza García, con Mauricio Fernández, puesto en el que estuvo solamente un año: Me salí totalmente decepcionado del sistema.
Durante la administración de Mauricio Fernández fue testigo de la repartición de cotos de poder: Empiezo a ver la pugna interna en cuestión de ir metiendo gente en la nómina del municipio. Allí vi cómo habían malogrado al PAN con los cotos de poder. Era algo que criticábamos al gobierno. Ahora resulta que importamos esas prácticas hacia adentro y nos convertimos en los principales simuladores de la democracia”.
Reprobó una frase de Miguel Ángel García, que aspira a la candidatura de la alcaldía del PAN en Monterrey, quien convocó a los panistas diciendóles: hay que ser marranos, pero no trompudosEso fue el descaro en las formas, en el lenguaje. El PAN sufre de un cinismo aberrante. Es un cinismo cantinflesco, es la incongruencia por decisión. Y los demás no es que no sepan, es que les faltan huevos para cambiar eso. El crimen organizado se metió al PAN.
Para Canales Stelzer, el alcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, es paradigma de la corrupción panista: Es un personaje más dentro de tantos que hay en el PAN, de la podredumbre que existe adentro.
Explica que la penetración del crimen organizado en el blanquiazul es de muy distintas maneras: El crimen organizado no se significa mafiosos que vienen a venderte droga con AK-47, significa grupos internos que utilizan la representación de Acción Nacional para llegar a puestos de servidores públicos, y utilizan ese poder para su grupo delictivo. Aquí lo vemos en todas las ramas, en particular la de los casinos o de obra pública y constructores. ¿Cómo están financiándose las campañas? Con obra pública y permisos. Todo esto es el tema de financiar campañas y de quedarse con algo.
La única opción
El empresario considera que en las próximas elecciones sólo habrá dos opciones reales, ya que la del PAN está descartada: “Pero Enrique Peña Nieto comete los mismos errores del PAN, con una soberbia mayor, donde el ex gobernador Montiel le abre el paseíllo diciendo: Ya llegamos, y se chingan. Se equivocan si piensan que estamos pendejos. Si siguen jugando con los intereses y grupos de poder van acabar ocasionando cosas peores en México; eso va para los medios, incluyendo Televisa y Tv Azteca, que intentan hacer una estrella de la nada. Y cuando a Peña Nieto lo dejan libre, el pobre no sabe ni qué leer. No lo han dejado ser él, es un personaje sobreactuado, construido por otros. Él mismo ya no sabe ni lo que es. Si no tiene la sensibilidad para aceptar que la ciudadanía ya no tolera ni a Montieles, Moreiras, Elba Esther Gordillo ni al Niño Verde, el señor está perdido”.
Diferencias familiares
Su padre, Fernando Canales Clariond, fue el primer gobernador panista de Nuevo León; secretario de Economía y Energía en el gobierno de Vicente Fox, por lo cual, las diferencias son evidentes: En la familia Canales ampliada no. En la familia Canales Stelzer compartimos 95 por ciento del diagnóstico; obviamente, no compartimos para nada la solución. Mi padre piensa que aún se puede reformar el PAN; merece todo mi respeto y lo quiero mucho, pero yo digo que el PAN no tiene solución. Aparte, lo que más nos urge no es eso, sino regenerar el país y propiciar mejores condiciones de vida para todos.
Canales Stelzer sonríe, mueve sus manos al hablar y muestra las diferencias generacionales: Yo le digo: tú no has estado día a día enfrentándote a esta bola de corruptos. De alguna manera, mi papá ya cumplió su ciclo. Yo los he visto operar, y lo que dice la gente sobre los panistas es verdad, no son rumores. Ves las casas en que viven y te preguntas: ¿de dónde? No tengo nada en contra de que la demás gente se haga rica, pero no a costa del erario”.

lunes, 2 de enero de 2012

Primero matan, luego averiguan

Periodismo en la narcoviolencia
El Ejército prefiere a los criminales muertos que encarcelados: periodista
Hay testimonios de que en ocasiones dan el tiro de gracia a los presuntos delincuentes

Los comunicadores se encuentran entre dos fuegos por el combate gubernamental a los narcotraficantes y la violencia del narco
                   Los periodistas Neftalí Antonio Gómez y Abisaí Jasiel Rubio. Foto: Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Periódico La Jornada
Viernes 30 de diciembre de 2011, p. 2
Nuevo Laredo, Tamps., 29 de diciembre. Es difícil ser periodista en México y cubrir la guerra contra el narco, particularmente en la zona fronteriza. Abisaí Jasiel Rubio y Antonio Neftalí Gómez, agredidos por elementos del Ejército, lo saben y sufren los estragos de estar situados entre dos fuegos: la violencia del Estado y la del crimen organizado.
Hace año y medio acudieron a cubrir una movilización militar relacionada con la narcoguerra en la autopista. Fueron los primeros en llegar, se situaron en la vía pública, pero tres soldados se abalanzaron sobre ellos, los agredieron física y verbalmente, y les rompieron la cámara fotográfica. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es la entidad con más demandas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con más de 20 mil expedientes de queja durante 2011.
El ataque a los periodistas fue documentado gráficamente y eso ayudó para que la CNDH asumiera el caso, aunque tardó 18 meses en emitir la recomendación 60/2011, dirigida a la Sedena, por agravio y violación a los derechos humanos:Hemos sentado un precedente. Afortunadamente lo podemos contar. Los soldados que nos golpearon y encañonaron en ningún momento mediaron palabra, dice Abisaí Jasiel Rubio Curiel, director de la empresa de medios Rubios News.
Por segundo año consecutivo, México fue señalado como el país más peligroso para ejercer el periodismo, según el reciente informe de Campaña Emblema de Prensa (CEP), organización no gubernamental con estatuto consultivo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que sitúa en 12 los periodistas asesinados en este país durante 2011.
Sangre, plumas y grabadoras
En Nuevo Laredo reina la paz del narco con decenas de muertos. El silencio y la autocensura son la constante. Los asesinatos de periodistas tienen imágenes de barbarie, como la decapitación de María Elizabeth Macías, cuyo cuerpo fue dejado en el Monumento a Colón y su cabeza encima de una esfera de cemento junto a un teclado de computadora con el mensaje: Esto me pasó por mis acciones, por informar a Sedena y Marina... Zzzzz.
La historia de atrás del asesinato de La Nena de Nuevo Laredo, seudónimo que utilizaba Elizabeth Macías Castro, no fue publicada en los medios locales. El miedo y las amenazas han provocado silencio y autocensura: Fue una intimidación para todos. Nosotros usamos nuestro nombre y apellido, tenemos familia, hijos, esposa y nos tienen plenamente identificados. Nos ubican. Saben a qué colegio van nuestros hijos, saben dónde vivimos... Si eso les pasa a los que escriben con seudónimo, nosotros somos un blanco más vulnerable, dice Rubio Curiel.
Elizabeth Macías Castro tenía 39 años, madre de un pequeño. Había trabajado en El Mañana de Nuevo Laredo y posteriormente se incorporó como jefa de redacción del diario Primera Hora, propiedad del alcalde Benjamín Galván Gómez, y era administradora del portal Nuevo Laredo en vivo. El periódico era utilizado para dar pitazos a los militares, policías y marinos sobre acontecimientos relacionados con la lucha por la plaza, actualmente en poder deLos Zetas.
Trece días antes aparecieron un hombre y una mujer de 28 y 25 años, respectivamente, colgados de un puente peatonal ubicado en la carretera al aeropuerto y Los Mayas. Ambos escribían en blogs sobre actividades del crimen organizado, concretamente en las páginas web Al rojo vivo y El Blog del narco.
“Es muy difícil la cobertura de la guerra contra el narco, porque los periodistas no tenemos garantías. Por un lado estamos a merced del crimen organizado y por el otro lado de la violencia del Estado. Quedamos en medio de un fuego cruzado”, comenta Rubio Curiel y afirma que los criminales tiene sus propios métodos para identificar a los periodistas, aunque usen seudónimo.
Añade: Ellos tienen un equipo de contrainteligencia, así como el gobierno lo tiene. Ellos investigan e identifican los IP que toda computadora tiene y de allí ubican a los periodistas. También van metiendo infiltrados en el gremio, que después delatan a los compañeros.
El pasado 9 de noviembre apareció muerto otro bloguero a quien se identificó únicamente como El rascatripas. Los “tuiteros de los hashtags del noreste de México” se pronunciaron en un manifiesto contra los asesinatos: Somos un grupo de ciudadanos de buena fe que pretendemos hacer algo para protegernos y proteger nuestra comunidad ante tanta violencia y que, ante la nula comunicación que hay por parte de las autoridades, municipales, estatales y federales respecto a informarnos de actos violentos, en el momento oportuno, nosotros nos vemos precisados a cubrir ese vacío, ese silencio.
Durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón han sido asesinados 87 periodistas, 17 permanecen desaparecidos y una veintena ha decidido exiliarse en los dos meses recientes. Organizaciones de protección a los informadores, como Artículo 21, han señalado que 60 por ciento de las agresiones contra los comunicadores provienen del Estado. Reporteros Sin Fronteras ha advertido en su último informe la situación límite que vive esta actividad profesional en México: “Son crímenes cada vez más abominables. No se vislumbra ninguna salida al terror, mientras el país se hunde en una guerra total, en la que tan sólo escribir las palabras ‘tráfico’ o ‘narcos’ puede costar la vida. ¿Qué quedará de la libertad de información mientras duren la barbarie y la impunidad?”
En el caso de Tamaulipas, dice Rubio Curiel, es peor, porque, según los informes de organismos como la ONU, es el único estado de América Latina donde no hay oportunidad de ejercer el periodismo libre: Así lo estamos viviendo todos los periodistas y todos los medios. Se reportea con la autocensura y autoprotección. Tenemos nuestros limitantes, sabemos qué podemos hacer y qué no, para no poner en riesgo nuestra vida, pero hay que autocensurarse para sobrevivir. No hay otra forma. Es autoprotección. ¿A quién recurrimos? ¿Al Ejército? Son ellos los que nos agreden. ¿La policía? No hay policía municipal, no tenemos quien pueda garantizar mis derechos constitucionales para ejercer la libertad de expresión.
Más de 90 por ciento de los asesinatos de periodistas en México no son resueltos, y añade: No hay voluntad política para resolver los casos. Cuando matan un periodista dicen que fue porque tenía un amante, era homosexual, usaba drogas o debía dinero. Enlodan a los compañeros para evadir la responsabilidad del Estado.
Nos ven como enemigos
La agresión contra los periodistas de Nuevo Laredo documentada por la CNDH fue aceptada gracias a la existencia de tres videos que ofrecen de manera detallada la violencia de los soldados. Rubio Curiel los va mostrando uno por uno y advierte: Nos ven como enemigos y se van sobre nosotros. Aquí ha sido recurrente agravio hacia los reporteros: no nos permiten grabar. Los militares no está preparados para tratar a los periodistas. No ponen un acordonamiento en las escenas del crimen. Por un lado existen las amenazas y por el otro las agresiones, y no podemos ejercer un periodismo real en estos tiempos, porque ni un bando ni otro en esta guerra nos permite actuar o realizar nuestra función.
Y hay algo más, comenta: El Ejército prefiere a los delincuentes muertos, antes que mantenerlos en la cárcel. Ahorita están disparando a matar, los acribillan e incluso hay testimonios de cómo les dan el tiro de gracia.
Añade: “El otro día un vehículo que era perseguido por soldados donde iban cinco personas se impactó en una casa del Infonavit; entraron por una ventana y las paredes les impedían salir, no podían abrir las puertas. Entrevistamos a la señora de la casa y nos dijo que los jóvenes gritaban: nos rendimos, nos rendimos, pero los soldados les dispararon hasta que acribillaron a los cinco dentro de la camioneta. Los mataron. Actualmente la ley de los militares es clara: si es delincuente, mátalo. Cuesta menos muerto que vivo. Primero matan, luego averiguan. Y no quieren que informemos eso”.
La relación entre los periodistas que cubren la narcoguerra y el Ejército esta llena de roces, agresiones y amenazas: El hecho de que lleguemos los limita.
El otro periodista agredido por los militares hace año y medio, Neftalí Antonio Gómez, de Radio Voz, cuenta que tras los golpes llegó una frase contundente de uno de los soldados sin identificar: Ya valiste madre, me dijo y me encañonó. Me temblaron las piernas y las manos. Sentí miedo, de hecho pensé que iba a morir. Me sometieron y me tiraron al piso, me quitaron la grabadora y la lanzaron contra el pavimento. La quebraron. No se por qué me agredieron. Los periodistas sólo tenemos cámaras, grabadoras, plumas y micrófonos, no vamos armados”.
Tiene 23 años y cuestiona el hecho de que las fuerzas de seguridad del Estado se nieguen a identificarse y anden con capucha: Antes veía al Ejército y me sentía seguro. Ahora los ves y no sabes si te van a cuidar o agredir. Nosotros los respetamos, pero ellos no respetan a los periodistas. Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar, que haya libertad de expresión, de información, de prensa. Nosotros sí andamos identificados, ¿cuál es el problema?