domingo, 9 de enero de 2011

La Pelirroja, retrato del México bronco


Sanjuana Martínez
     Nuevo León, México.- Siguió siendo La Pelirroja en la cárcel a pesar de haberse teñido el cabello de rubio platino. Gabriela Elizabeth Muñiz Támez quería eliminar el alias que la había convertido en una famosa delincuente. Había ingresado en prisión el 8 de julio del 2009 acusada de ser la líder de una banda de secuestradores que operaba en el estado de Nuevo León, en el norte de México. Era temida y considerada una interna peligrosa.

A los 20 años, Gaby, como la llamaban su familia y amigos, se casó y tuvo un niño. Luego se unió sentimentalmente a un propietario de casas de empeño que desapareció misteriosamente. Conoció después a Víctor El Tiznado, presunto capo de Los Zetas, escisión del cártel del Golfo formada por ex militares. Gaby empezó a extorsionar a comerciantes. Y dio el siguiente paso: los secuestros, un boyante negocio que deja multimillonarias ganancias al crimen organizado y ha colocado a México en el primer lugar del ranking mundial con 8.000 casos anuales.
El expediente de “La Pelirroja” incluye tres casos de secuestros exprés, modalidad muy extendida en el país que consiste en privar de la libertad a la víctima durante solo unas horas para exigirle vaciar sus cuentas bancarias y retirar dinero del cajero automático. El primero ocurrió el 25 de junio de 2008. Secuestró a un empresario dueño de tráilers durante cuatro horas y pidió un rescate a sus familiares de un millón y medio de pesos. Les exigió cumplir con lo solicitado de lo contrario les iba a ir enviando partes del cuerpo de la víctima. La cantidad se pagó y el comerciante fue liberado.
Casi dos meses después, el 18 de agosto, secuestró al dueño de un restaurante, primo del comerciante anterior, por el que pidió 3 millones y medio  de pesos. La víctima contó la extrema violencia que padeció. Finalmente después de unas horas fue liberado previo pago. La tercera víctima fue secuestrada cuatro meses después. Se trataba de un empresario, pero este aprovechó un descuido y escapó del vehículo donde lo tenían cautivo. A partir de ese momento empezó a recibir llamadas de extorsión de la Pelirroja. Fue lo que finalmente ayudó a la policía a rastrear su paradero.
Cuando la detuvieron el 8 de julio de 2009 en Linares donde vivía, la policía montó una conferencia de prensa con power point para presentarla junto a sus cómplices: Jesús Sánchez Treviño de 31 años y Flor Francisca Ramírez Zamarripa de 45: “Era bonita, aunque registraba mejor en televisión. Muy bonita pero feita de modos”, recuerda uno de los encargados de aquel evento.
En el penal, La Pelirroja era visitada con regularidad por su padre, dueño de una tienda en Linares. La madre se hizo cargo de su pequeño hijo y ambos emigraron a Estados Unidos cuando ella fue detenida. El padre se enteró del desenlace de su hija por televisión.
Gaby fue “elegida por los Dioses” para un castigo ejemplar. La colgaron viva de un puente peatonal. Le escribieron en la espalda y en el dorso desnudo con tinta indeleble una palabra simbólica: “Yair”, nombre de origen hebreo que significa “elegido por los Dioses”, “El Iluminado” o el que “Dios quiera lucir”. O tal vez le imprimieron el nombre de la pareja en turno. Las hipótesis son varias. La realidad abrumadora. Su cuerpo se balanceaba en la transitada Avenida Gonzalitos ante la atenta mirada de policías y rescatistas. Una imagen aterradora que aglutina la barbarie de la guerra emprendida por Felipe Calderón contra el crimen organizado hace cuatro años y que ha dejado más de 31 mil muertos.
Nadie merece morir así. Los mexicanos asistimos de manera cotidiana al espectáculo macabro de la muerte por violencia. La escalada de la crueldad coloca el listón cada vez más alto. Ya no son los muertos, son los descuartizados, los mutilados, los colgados de los puentes, los pozoleados... la barbarie, el primitivismo sin freno.
El ejecutometro añade muertos día a día al saldo de una guerra que huele a fracaso. “La Pelirroja” fue la última asesinada del año: “El cuerpo nos llegó el 31. Fue muy impresionante. Nunca habíamos visto algo igual. Era la primera mujer colgada. Y por los hallazgos en la escena del crimen determinamos que fue colgada viva. En el barandal del puente estaban sus huellas. Obviamente intentó salvarse sosteniéndose de allí como una reacción pero sus captores la empujaron con el mecate de plástico al cuello”, dice en entrevista el doctor Eduardo Villagómez Jasso, coordinador del Servicio Médico Forense (Semefo).
Los cadáveres se amontonan en el anfiteatro y desde hace unos meses fue necesario contratar un camión frigorífico para almacenar más cuerpos. Los Semefos están saturados, especialmente en el norte del país. El doctor Villagómez Jasso reconoce nunca haber visto semejante incremento de muertos y se muestra impresionado por las torturas que analiza todos los días en las autopsias. En el caso de la Pelirroja de 31 años fue distinto: “Murió por asfixia debido al ahorcamiento. La cara se pone morada y la lengua sale protuida. El cuerpo traía equimosis en diferentes fases de evolución por los golpes que recibió. No estaba violada. Cerramos el año con una situación fea o más bien inusual”.

Nuevo dueño
Cuatro días antes de su asesinato, La Pelirroja se quejó de un fuerte dolor abdominal. El médico del penal Víctor Manuel Martínez González decidió trasladarla al Hospital Universitario para ser atendida de urgencia. En el camino un grupo de hombres fuertemente armados interceptaron al vehículo y secuestraron a la secuestradora: “Hay gente que estuvo involucrada en esto. Siguen detenidos un custodio, dos celadores, el subdirector, el médico y el director. Ella fingió una molestia abdominal muy fuerte, la sacaron sin cumplir los protocolos para trasladar reos de peligrosidad”, dice en entrevista el vocero de Seguridad Pública, Jorge Domene Zambrano.
El caso es representativo de la connivencia del crimen organizado y las autoridades. La penetración de las redes del narcotráfico en las instituciones es una constante, la corrupción el modus operandi. Los capos compran corporaciones enteras de policías, ponen y quitan alcaldes y gobernadores, someten funcionarios bajo el esquema de ¿plata o plomo?, se apoderan de pueblos y ciudades. Constituyen un Estado por encima del Estado. Son los dueños y señores. Y tienen su medio de difusión.
“A partir de este momento controlamos Monterrey”, señalaba el mensaje que circuló por Internet luego del aparente rescate de la Pelirroja. La hipótesis inicial de la policía era que “los suyos” la habían recuperado. Pero un grupo desconocido hasta ahora, denominado “La Nueva Federación y Cárteles Unidos”,  se atribuyó el secuestro: “La liberación de La Pelirroja, la muy pendeja se creyó que la íbamos a liberar... je, solo fue un ajuste de cuentas, pronto daremos la ubicación de su cuerpesito. Solo le hicimos justicia al pueblo”.
Los “nuevos dueños de la plaza” de Nuevo León se deslindaron de los otros grupos con presencia en la entidad: los Zetas, el Cartel del Golfo, el Cartel de Sinaloa y la Familia Michoacana y decidieron crear una alianza de “Cárteles Unidos” el 24 de diciembre que según afirman solo esta dedicada al tráfico de drogas: “Nuestra ideología es: cero secuestros, cero cobros de piso, cero extorsiones, cero chingaderas... queremos vivir en pas sin Z. Pueblo, la mayoría de los policías trabajan para los Zetas. Este mensaje va también dirigido al gobierno de Nuevo León, dejen de ser los títeres de los Zetas. Gober, estas en la mira... cámbiale... no se le frunza... De la vida ....Respetos para toda esa gente hornada, de bien y visionaria. Ayúdenos a recuperar al Nuevo León de antes”.
Al día siguiente los medios de comunicación locales titularon sus notas de manera explícita: “Nuevo León tiene nuevo dueño”, algo que pone nervioso a Domene Zambrano quien considera que las autoridades no pueden acreditar el comunicado del supuesto nuevo grupo criminal como una fuente oficial:“El desenlace de esta historia triste nos dice que hay algo más de por medio  y que seguramente quien la rescató no era aliado, por la forma en la que culmina. Los hechos nos dicen muy claramente que un grupo armado en dos camionetas con armas largas interceptó la ambulancia y bajaron a esta mujer y se la llevaron. Si eran o no del mismo bando es algo que aún no sabemos. No importa quien fue, nosotros tenemos que combatir el delito igual y llegaremos hasta las últimas consecuencias en torno a la supuesta complicidad de las autoridades del Penal”.

Sin éxito
El asesinato de “La Pelirroja” también muestra la incapacidad del Estado de hacer frente al poder de los grupos criminales. Desde que Felipe Calderón anunció su particular guerra contra el narcotráfico han muerto 31 mil personas y la lucha por el territorio entre los principales cárteles de la droga y contra las policías, el ejército y la marina, se ha intensificado por regiones. Según reportes de seguridad existen dos grandes bandos que aglutinan los distintos grupos: Sinaloa-La Familia-Golfo contra la sociedad Los Zetas-Beltrán Leyva-Juárez-Arellano.
El incremento de la violencia se ha registrado particularmente en los estados del norte del país cercanos a los tres mil kilómetros de frontera con Estados Unidos. Los golpes policiales contra el narcotráfico no han mermado la fuerza de los cárteles de la droga a pesar de las 81,128 personas detenidas hasta ahora por delitos contra la salud y por sus vínculos con la delincuencia organizada.
El gobierno presume de la detención o muerte de 11 grandes capos entre los que se encuentran Sandra Ávila, 'La reina del Pacífico”; Alfredo Beltrán Leyva, 'El Mochomo”; Arturo Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, líder del Cártel del Golfo y Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, operador de Arturo Beltrán Leyva.
La sustitución de los capos de la droga es inmediata a su muerte o detención. Y las acusaciones de que el gobierno protege al Cártel de Sinaloa  dirigido por Joaquin El Chapo Guzmán aumenta. La escalada de violencia no para y la sombra del fracaso de la guerra planea sobre el gobierno, aunque el presidente Calderón se defienda: "Entiendo perfectamente y sé que la percepción generalizada es de que la guerra se va perdiendo. No comparto la afirmación, pero comprendo que es una percepción general que el estado debe combatir".
La presencia de los militares en la calle se extenderá hasta el 30 de noviembre del 2012, pero las criticas contra la medida no cesan porque es la institución con mayor número de denuncias por violaciones a los derechos humanos. El año pasado se interpusieron 1.800 quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Las denuncias contra elementos castrenses se han incrementado un 300 por ciento desde el inicio de la guerra.
“El gobierno sigue diciendo que está triunfando, pero no es cierto” ---señala Claudio Tapia del Foro Libre y Democrático de México--- “Triunfar no es violencia que siembra violencia, ni 31 mil muertos, ni una sociedad destruida, con áreas intocadas por el Estado. Todo es una simulación”.
Tapia considera que la imagen de la Pelirroja colgando de un puente peatonal refleja el fracaso de la política de seguridad: “Es el fracaso de la tendencia a suponer que el crimen escala de manera cuantitativa. Sin embargo, la violencia escala de manera más terrible y dolorosa. Ya no se asesina, ni se priva la vida, se descuartiza, se mutila, se hace pozole, se desolla... en fin, es la escalada de violencia que vivimos de los bandos en conflicto. No de los buenos y malos, sino de todos. La estrategia del gobierno esta equivocada”.
El gobierno mientras tanto ha destinado un 40 por ciento más de presupuesto para la lucha contra el narco. Domene Zambrano prefiere no hablar de fracaso: “Es cuestión de enfoques. Nosotros pensamos que hemos avanzado en el país”. 

1 comentario:

  1. Buen blog, ya te he incluido en el blogroll de http://mexicoendescomposicion.blogspot.com/ ojalá y tengas la oportunidad de visitarlos
    Saludos

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