Los templos han quitado las misas nocturnas y reducido sus servicios
Asaltos a mano armada en iglesias generan sicosis en Monterrey
Roban donde hay mucha gente reunida, dice el cura Raúl Rodríguez
El sacerdote Raúl Rodríguez Villarreal ha implementado medidas de seguridad ante los asaltos. Foto: Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 18 de marzo de 2012, p. 14
Domingo 18 de marzo de 2012, p. 14
Amurallados con rejas, cadenas, candados, púas de acero, alarmas y guardias de seguridad, las iglesias y templos de diversos cultos ubicados en Monterrey, Nuevo León, han tenido que reducir sus servicios religiosos y eliminar las misas nocturnas y ejercicios espirituales, a causa de la ola de asaltos que afecta estos recintos
sagrados.
¡Hínquense, pónganse a rezar!, les dijo a los fieles de la iglesia de Dios Séptimo Día Templo Zabulón, un hombre con el rostro descubierto que portaba un arma tipo escuadra, quien iba acompañado por tres sujetos. Otro añadió:
Pongan sus bolsas, carteras, joyas y celulares en las bancas. El atraco duró 20 minutos; además de las pertenencias de 25 devotos se llevaron una computadora portátil.
En un mes, media docena de iglesias y templos han sido asaltados, sin que las autoridades hayan detenido a los ladrones. La ola de violencia, que ha provocado 441 asesinatos en lo que va del año y el incremento indiscriminado de robos, ha modificado la rutina de los cultos y las costumbres de los feligreses de todas las religiones.
Es como estar en medio de la guerra, dice el sacerdote Raúl Rodríguez Villarreal, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, en la colonia Moderna.
Y hay una escalada de asaltos en lugares donde hay gente reunida: velorios, fiestas infantiles, restaurantes, tiendas... las iglesias las habían respetado, pero ya no, por desgracia.
El cura camina por las calles que rodean la parroquia a su cargo. La emblemática colonia Moderna es ahora territorio en disputa entre grupos del crimen organizado. Aquí las balaceras, asesinatos y robos son cotidianos. En los meses recientes han acribillado a más de 20 jóvenes a plena luz del día. La droga y las armas recorren este barrio obrero, que antes era una zona popular muy visitada por sus mercados. Hace unos meses, los vecinos se encontraron con una escena macabra: restos humanos fueron esparcidos por las calles.
A pesar de la batalla había un código que parecía respetar
la casa de Dios, pero hace unos días todo cambió:
nos robaron en la madrugada; entraron por el domo. En la última semana han robado en cuatro templos, dice el padre Raúl.
Aquí nos asaltaron después del Miércoles de Ceniza; los ladrones se llevaron las alcancías creyendo que tenían el dinero de las limosnas de ese día, que registró gran afluencia de fieles: se llevaron los cálices, los copones y dos amplificadores. Hicieron destrozos que ahora hay que arreglar. Fueron muchachos. Un adulto no cabe por el agujero.
Abajo del tragaluz destruido hay una figura de Jesucristo de gran tamaño; los ladrones intentaron incluso abrir el Sagrario, que también resultó dañado:
Estamos pidiendo por la conversión de todos los que están generando violencia.
En la indefensión
Estuvo bien feo, dice la empleada del templo cristiano El Salvador, ubicado en la colonia Treviño, que sufrió un asalto masivo. Un comando armado llegó justo en medio de la celebración religiosa de la noche, destinada a los varones, y atracó a 80 fieles, entre los que había ancianos y niños.
Los asaltantes los obligaron a bajar al sótano y allí les quitaron carteras, relojes, anillos, celulares y las credenciales de elector. Al irse les advirtieron que no interpusieran denuncia alguna, porque de lo contrario se vengarían de ellos, pues conocían sus direcciones. El pastor se niega a hablar y los afectados tampoco quieren ofrecer su versión de los hechos:
es la primera vez que nos roban, dice la empleada, quien señala que la iglesia tiene 90 años.
El modus operandi de los ladrones consiste en presentarse cuando se celebra la misa, o bien cuando realizan ejercicios espirituales y los ensayos del coro. En la iglesia de Nuestra Señora de Zapopan, en la colonia Cedros, los fieles fueron atracados en dos ocasiones en cinco días; una aprovechando el ensayo de los integrantes del coro y la otra durante unas pláticas para padres de familia. Los dos robos sucedieron alrededor de las 19:30 horas y los hombres iban fuertemente armados; entraron por la puerta principal.
Como en otras ocasiones, los ladrones se llevaron las credenciales de elector de los feligreses y los amenazaron. La policía no recibió ninguna denuncia, pero el suceso se dio a conocer porque el sacerdote Luis Carlos García informó a los fieles la suspensión de los servicios religiosos nocturnos y que tomarían medidas de seguridad.
El arzobispado de Monterrey emitió un comunicado interno para reforzar las medidas de protección y contrató sistemas de seguridad:
la recomendación es terminar los servicios temprano y cerrar. Estamos pidiendo que reporten cualquier situación anormal para canalizarla con las autoridades, dice Armando Cavazos, portavoz del arzobispado.
En algunos estados de la República las amenazas a sacerdotes se han incrementado, por lo que también han girado instrucciones al respecto.
El padre Raúl dice que han tenido que tomar
medidas drásticas. Los templos ya no están abierto como antes, ahora hay horarios. Hay tres parroquias donde la situación es peor:
tienen guardias de seguridad y para entrar, los feligreses deben mostrar su credencial de elector para tomarles sus datos. Nosotros lo estamos haciendo como en los cines, que cierran las puertas mientras está la película. Cuando empiece a hacer calor vamos a poner unas rejas con candado. El ambiente está muy deteriorado. Vivimos en el caos.
Los feligreses se quejan de los mismos acontecimientos: robos, secuestros, amenazas, asesinatos, por lo que la gente termina muy dañada, con depresiones profundas. El aumento del narcomenudeo y la drogadicción generó también el incremento de la violencia, por eso se decidió suspender las pláticas cuaresmales de la noche en algunos templos:
Hemos tomado medidas de autodefensa. Nos estamos cuidando entre nosotros.
Cavazos aclara:
hay mucha gente oportunista que aprovecha la coyuntura y comete este tipo de actos. No necesariamente es que sea un grupo o tal banda, simplemente es alguien que a lo mejor está aprovechando.
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