lunes, 18 de marzo de 2013

La reforma educativa de EPN


A los maestros no se les puede evaluar para correrlos, dice el ex titular de Educación de NL
México necesita una revolución educativa, no la reforma de Peña: Luis Eugenio Todd
Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de marzo de 2013, p. 16
Después de trabajar 40 años en el área de la enseñanza, Luis Eugenio Todd sigue esperando la revolución educativa que se requiere: La reforma propuesta por Enrique Peña Nieto no es más que una abstracción de buena fe, México requiere una revolución educativa, porque sigue funcionando como si estuviera en el siglo XX.
Médico, catedrático, rector, escritor, investigador, embajador, Todd ha estado vinculado a la educación durante toda su carrera profesional, primero como secretario de Educación y Cultura de Nuevo León, luego como director general de los Servicios Coordinados de Educación Pública; subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica; representante permanente de México ante la Unesco, en París, y ahora como director general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Nuevo León.
Ante la reforma educativa impulsada por Peña y la reciente declaración de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien la calificó de importante e histórica, Todd advierte, en entrevista, que la reforma no debe ser involucrada con la política del poder, que es efímera, sino con la formación integral para hacer despertar el alma de un pueblo.
Añade: La reforma educativa anunciada no es más que una abstracción de buena fe; requiere concretarse con proyectos y objetivos que se basen en una definición muy simple: la educación no es retórica ni abstracción histórica. Mientras la educación siga dependiendo del poder, como sucedió con Elba Esther Gordillo-gobierno o con Carlos Jonguitud previamente, la educación estará perdiendo oportunidades y vamos a seguir en el último lugar de la estadística de la OCDE.
Todd insiste en que no se puede luchar con armaduras y espadas en las escuelas: El poder del saber es mucho más importante, que el poder político.
Lamentablemente, dice, México ha perdido el rumbo debido al corporativismo, una necesidad en su época porque se hizo como parte de la estructura del PRI. Pero luego el maestro que tenía derecho a mejores salarios y prestaciones, empezó a cobrar y lo involucraron en el proceso del poder con fuerza política y se olvidó de su enorme responsabilidad histórica y ética, que es la fuerza del conocimiento.
Para el experto regiomontano, el aspecto cuantitativo en educación está resuelto, pues desde Jaime Torres Bodet y la posrevolución se construyeron escuelas: Pero no nos hemos preocupado por la calidad educativa. Sin calidad no hay equidad social, porque la ignorancia y la pobreza son hermanas gemelas que se autoalimentan permanentemente.
Por eso el término reforma educativa no me gusta, porque reformismo es cambiar algo y lo que necesitamos es una revolución educativa que sacuda todo con objetivos ideas transformadoras radicales, que terminen con la inercia en picada.
Después de Torres Bodet han pasado por la Secretaría de Educación Víctor Bravo Ahuja, Porfirio Muñoz Ledo, Jesús Reyes Heroles, Fernando Solana, Manuel Bartlett, Ernesto Zedillo: ¿Qué pasó? ¿Por qué la calidad de la educación va en caída libre? Porque esos grandes mexicanos fueron abrumados por el quehacer del poder y soslayaron el quehacer del saber.
Comenta que la última reforma realmente valiosa en educación fue la de Bravo Ahuja con la educación tecnológica, inspirada en Lázaro Cárdenas con el Politécnico: Pero la reforma tecnológica metió a México en el siglo XX porque estaba trabajando con ideas de Justo Sierra, del siglo XIX.
Reprobación precoz
Entre los temas urgentes está el cambio del concepto de universidad: “La universidad ahorita es polifacética, diversificada; necesitan una carrera de otra ciencia para entrar a una determinada; hay multifuncionalidad, porque el mundo actual está moviéndose a gran velocidad, mientras en México tenemos monoteísmo profesional, rigidez, cuando el mercado laboral está variando de necesidades en el siglo XXI y los jóvenes egresados no tienen trabajo.
La mitad de los estudiantes de México no trabajan en lo que estudiaron. Y como nada más dos llegan a tener título de los 100 que entraron a primaria, hay gran ineficiencia. Es el mejor ejemplo de que seguimos educando en el siglo XX, cuando estamos en el XXI.
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Luis Eugenio ToddFoto Sanjuana Martínez
–¿Qué se requiere para una verdadera revolución educativa?
–Olvidarnos de la política del poder. Necesitamos presentar objetivos con metodología científica a la formación, conservando el marco ético del comportamiento. Los programas nuevos tienen que soslayar muchos anteriores y entrar en una nueva historia.
Acerca de las evaluaciones a los alumnos, dice que no podrán funcionar con dependencias como el instituto de evaluación con Vicente Fox: El resultado es: escuelas pobres, estudiantes fregados; escuelas ricas, estudiantes que tienen potencial. La evaluación masificó el proceso y les mostró que sólo uno de cada 100 muchachos que terminan la secundaria tienen alta aptitud en matemáticas, contra 33 en los países nórdicos y Japón; contra 60 en Singapur... El que no sabe contar, no sabe pensar. Nos muestra la tragedia de lo que se llama la masificación estadística de un proceso.
Añade: No quiere decir que no haya buenos estudiantes; hay muy buenos, pero evaluamos con un absurdo. Evaluamos queriendo que todos los muchachos aprendan lo que el sistema les diga, en lugar de decir: no hay malos estudiantes, hay malos sistemas. Un buen sistema debe encontrar a cada quien para qué es útil.
En relación con la prueba Enlace opina que no sólo no tuvo efectividad, sino que se corrompió, porque los directores ahora preparan a los alumnos para la prueba, no para el conocimiento. México no es un país homogéneo, como Suiza, donde el ingreso per cápita es igual con muy poca dispersión. México es un país con la mitad de su población pobre y con pobreza extrema el 27 por ciento; por tanto, no se puede comparar un muchacho de Guerrero que no comió bien y que su inducción enzimática de las neurohormonas ya no tiene remedio después de los cinco años y que no tiene capacidad congnitiva, con un muchacho de Monterrey, Baja California o la ciudad de México. Quieren que el muchacho de Guerrero sepa lo mismo que el muchacho de Monterrey y lo excluyen cuando la obligación del sistema es evaluarlo por sus aptitudes, porque ese muchacho de Guerrero tiene aptitudes manuales, la sensibilidad no se atrofia con la desnutrición, se atrofia el conocimiento. La mitad del cerebro es sensibilidad, el 35 por ciento es cognitivo y el 15 automático.
El mayor absurdo para Todd es lo que llama la reprobación precoz: el aprendizaje es un fenómeno individual, diferente en cronología, no todos los niños aprenden. México no es un solo México, son muchos. El sistema excluye y los manda a la marginación. Y el sistema se queda con el conocimiento y con el dinero. Nomás los ricos aprenden, nomás los ricos siguen siendo ricos y los pobres, pobres.
Normales anticuadas
Autor de 25 libros, como Anatomía de la educaciónLa educación que México necesita y El mexicano del siglo XXI, un nuevo proyecto de educación, Todd urge a modernizar educativamente las normales: Algunas son zonas de desastre. Enseñan pedagogía, didáctica, instrumentación, pero no tienen matemáticas ni física o biología, ni hacen investigación educativa, ni tienen bibliotecas. A los pobres maestros los mandamos sin armas. Obviamente reprobarían 60 por ciento si les hacen un examen adecuado. Tenemos que fortalecer al magisterio, pero no con escalafones sindicales, sino con escalafones del conocimiento.
Advierte: No se puede satanizar al maestro, sigue siendo el núcleo del proceso. A los maestros no se les puede evaluar para correrlos. Eso está mal. Tienen que formarlos con educación continua, con oportunidades, luego vendrá la evaluación. Ahora es momento de dignificarlos académicamente. Hay que individualizar el proceso, dignificar al magisterio y vamos a descentralizar gradualmente la educación. Cuando salga del subdesarrollo educativo, saldrá de la dependencia de la soberanía nacional. La educación es un factor de Estado, fundamental”.
Señala que el gran reto de Peña Nieto será hacer la revolución educativa: La diferencia entre un hombre de Estado y un político de circunstancia es que el hombre de Estado piensa en el futuro y el político solamente piensa en las próximas elecciones.

domingo, 10 de marzo de 2013

La mayor coleccionista de arte de América Latina


De castas y marfiles
Mi acervo irá a museos
Lydia Sada, la mayor coleccionista de arte en AL
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Nacimiento de marfil que actualmente se expone en el Museo de Historia MexicanaFoto Cortesía del MHM
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 3 de marzo de 2013, p. 2
Los amplios pasillos están cubiertos de alfombras, en las paredes hay una gran cantidad de obras de arte y tapices; al centro un patio interior de inspiración china lleno de plantas y orquídeas, una sala de abanicos y una gran estancia donde Lydia Sada de González está sentada frente a un espectacular biombo oriental.
Es la coleccionista de arte más importante de América Latina. Usa un vestido corto azul rey. A sus 96 años luce una espléndida melena plateada y un mechón gris. Lleva un collar de perlas con colgante de oro cubierto de piedras preciosas y aretes de perlas cultivadas. Esboza una tímida sonrisa a modo de bienvenida.
En su casa de San Pedro Garza García, Nuevo León, los espacios libres no existen. Los vacíos los fue llenando con objetos de arte durante 80 años de coleccionismo: muebles antiguos, porcelanas, pinturas, piezas arqueológicas, cristal, orfebrería, textiles, esculturas novo hispanas, retablos religiosos, hornacinas, grabados, marfiles, óleos, lámparas antiguas, relojes, mesas y sillas estilo Luis XV...
Por estas salas transitan, como en cualquier museo, el arte barroco, gótico, renacentista, clasicista, sacro, rococó... Pero, sobre todo, una parte esencial de la historia universal del arte, un importante patrimonio cultural de México: la pintura de castas de la Nueva España, síntesis de la sociedad novohispana y europea; descripción de mestizaje, vida cotidiana e ideas sociales del último siglo del virreinato.
La gran coleccionista del género de castas sabe que aún hay muchas preguntas sin resolver, enigmas por desvelar: ¿Cuántas castas había?, ¿15 o 12?, ¿la representación de los indios bárbaros es la correcta?, ¿los principios de la Ilustración sobre el orden y el bien público son importantes?, ¿y qué hay de las doctrinas económicas y políticas de la Corona española, de las ideas y los colores mestizos del siglo XVIII?
En las castas aparece la vida cotidiana; un hombre y una mujer de distinto origen en series completas de 16 cuadros. Su colección es un tesoro expuesto en museos alrededor del mundo; la ocasión más reciente cedida en comodato por un año al Museo de Historia Mexicana de Monterrey.
Todo en su casa es singular. Los marfiles tienen un lugar especial, un rincón, varias vitrinas. Son piezas únicas representativas del arte desarrollado en las provincias ultramarinas orientales de España y Portugal, desde el siglo XVI al XIX. Un legado único en América Latina y el mundo.
Pareciera que doña Lydia hubiera hablado con los sangleyes, los escultores chinos que realizaban las tallas religiosas en una sola pieza de marfil, tallas pequeñas del budismo y el islam. Obras que viajaron en la Nao de China a México, donde eran usadas por los españoles para la evangelización. Hace unos meses el Museo de Historia Mexicana de Monterrey abrió la sala Marfil, con 200 piezas de su colección, una sala similar a la de su casa con nueve vitrinas con arcángeles, cristos, santos y hasta un oratorio.
Cientos de piezas que ella fue buscando desde su juventud en los más recónditos lugares del mundo. China, India, Japón, África, Grecia, Roma, España, Inglaterra, Filipinas e Indonesia. Fue una gran viajera hasta hace algunos años, cuando el peso de la edad se lo impidió. Pero nunca ha dejado de buscar, comprar, coleccionar y por supuesto compartir con los demás. Desde el Metropolitan Museum of Art en Nueva York, hasta el Colegio de San Ildefonso en el Distrito Federal.
–¿Qué va a pasar con su gran legado de arte cuando usted muera?, –se le pregunta en entrevista con La Jornada.
Sube la mirada al infinito y encoge sus hombros en señal de incógnita. Contesta con voz pausada.
–Pues no hay dónde poner todo. Esa es la dificultad. No hay dónde, ni aunque no muera... ¡Dígame un lugar, uno!...
–Puede haber un museo mexicano interesado.
–Todos, tal vez. No sé.
–¿No sabe qué va a pasar con sus colecciones?
–Claro que sé. Todo va ir a dar a los museos. Se va a dar a los museos. No quiero que ninguna pieza quede en manos particulares. Mi legado, ya sea importante o no, será del pueblo, sólo soy guardaespaldas temporal.
–¿Y su hijo Tomás?
–Pero mi hijo no quiere que ni le platique de eso. No tiene casa donde ponerla. ¿Dónde pone todo?
–¿Y usted dónde la guarda?
–La tenía hecha bola. No tenía lugar especial. Ningún espacio adecuado. Están hasta en las paredes de mis casas.
–¿La colección de marfiles que está en el Museo de Historia Mexicana?
–La entregué en comodato para no tener esa preocupación. ¿Qué hago con ella cuando me muera? Y así, ya hice con ella lo que tenía que hacer.
–¿La dejó en comodato por cinco años?
–Por decir algo... Igual pueden ser seis o cuatro.
–¿La colección de marfiles dónde la inició?
–Empezó en Londres. En las grandes ciudades de Europa es donde tenían los marfiles. La gente pobre no tiene marfiles.
–Fueron 80 años de búsqueda...
–Sí, con pura gente especializada.
–¿Y cuál es la pieza que más le gusta?
–No tengo ninguna preferencia.
–¿Podría explicar cuáles son las más singulares y por qué?
–Es una pregunta difícil de contestar, pero en fin, puede ser San Francisco o Virgen del Rosario, que es una pieza hermosa. En fin, toda la colección es importante.
–¿Qué le preocupa de su legado artístico?
–Que en México no hay ninguna predisposición, ninguna, para lo que pueda pasar. Nada. No hay cómo decirle al Estado: fíjese que cuando se muera esta señora, todo va a ser del pueblo. ¿Pero cómo va a pasar a ser del pueblo?
–¿A usted le gustaría ceder su patrimonio cultural al pueblo?
–Sí, para que el público la vea.
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Lydia Sada de González durante la entrevistaFoto Sanjuana Martínez
Lamentablemente, doña Lydia dice que en México no existen políticas culturales que garanticen la conservación y preservación de este tipo de patrimonio, a diferencia de países como Francia y Canadá, que protegen las colecciones privadas.
Como la realeza
Lydia Sada forma parte de la aristocracia regiomontana. Hija del empresario Roberto G. Sada, fundador de Vitro, y Mercedes Treviño, estudio filosofía y letras en el Tecnológico de Monterrey. Su gusto por las más diversas manifestaciones del arte la llevaron a crear un trabajo impecable de diseño, coordinación, museografía y curaduría en diversos museos e instituciones culturales.
Es autora de Festividades, mesas y altares y ha publicado Las castas mexicanasMarfiles de las provincias ultramarinas orientales de España y PortugalLa magia del barroco en Apaseo (su casa de Guanajuato) en colaboración con Efraín Castro y Espejos distantes, los rostros mexicanos del siglo XVIII, con Elías Trabulse, Alejandro de Antuñano Maurer y Jacques Lafaye.
Entre los cientos de exposiciones que han albergado sus piezas, se encuentra la más diversa variedad. México en el arte: arte del virreinato y siglo XIX, Arcones, arquetas, bargueños, cajas cerámica, castas o mestizaje, Cerámica de la dinastía Ch’ing, Arte sacro: monjas coronadas, Nacimientos, Porcelanas y textiles de la dinastía Ch’ing, Altar de Dolores, Los palacios de la Nueva España, El camino del juego: una visión del juguete en México, Los galeones de plata, Maravillas del arte virreinal de antiguas colecciones, Vitrina Nao de China, El arte Namban en el México virreinal: un eslabón con el arte japonés, Arcángeles, Vida cotidiana en la pintura novohispana, Pintura mexicana y española, siglos XVI al XVIII, Cones y promesas, 500 años de arte ofrenda, Águila y Sol, México: esplendores de treinta siglos...
Doña Lydia escucha algunas de las grandes exposiciones que han albergado sus piezas y no muestra ninguna admiración o expresión particular de entusiasmo. Habla poco, aunque su lucidez es extraordinaria. Desde hace décadas no ha dado una entrevista. De hecho, no hay registro hemerográfico de alguna reciente.
–¿Cuándo empezó a coleccionar arte?
–No me acuerdo, para qué le voy a inventar cosas. Supongo que siempre.
–¿Cómo nació su maravilloso espíritu coleccionista?
–Fue sin intención alguna de acumular objetos de arte. Fui reuniendo lo que me gustó sin pensar que iba a acumular una gran cantidad de ellos y que esto me daría mucha felicidad.
–¿Su vocación por el arte fue temprana?
–Sí, el arte abarca mucho. Muchas piezas son arte. A mí siempre me gustó, desde niña.
–Esta casa está llena de arte... parece un museo.
–Está arreglada como siempre. No tiene nada especial.
–A mí me parece un palacio, como los de Europa...
(Ríe con discreción asintiendo con la cabeza)
–¿Qué tiene además de todas estas riquezas expuestas?
–Lo que hay es lo que ve.
–¿Y dónde están todas las series de la extraordinaria colección de Castas?
–Las tengo expuestas en museos de Monterrey. Ya no caben en mi casa. Nadie las quiere, nomás los museos. Pero mis hijos no. Ellos siempre me dicen:Nosotros no queremos nada que no quepa.
–¿Me puede hablar de su colección sobre las castas?
–Significa mucho para mi porque es una época única en la historia del arte mexicano.
–¿En la pintura, hay un gusto especial de usted por el siglo XVIII?
–Sí, el mejor es Miguel Cabrera, es el más conocido.
–¿Y qué opina de su colección del XIX?
–Que no figuró tanto como la del XVIII.
–Coleccionar también significa ordenar, organizar y clasificar...
–Exactamente. Todo está contado, hay un recuento.
–¿Y coleccionar qué significa para usted?
–No significa nada, porque ni siquiera sabía lo que era ser coleccionista. Ni me importaba. Yo seguía comprando. Si me gustaba y no. No me gustaba la idea de andar juntando cosas para que fueran importantes.
–Sus colecciones son las más importantes de México y de América Latina...
–Tal vez. En su tiempo sí. No sé ahora.
–Actualmente usted es señalada como la coleccionista más importante de América Latina.
–No sé por qué. Realmente no vale la pena lo que colecciono. De casualidad lo fui juntando sin darme cuenta. Pero se necesita tener vocación, eso sí.
–Pintura, escultura, tapices, marfiles, retablos, cristal, porcelana... ¿qué le apasiona más?
–Todo. Al ir posesionándome de cosas me fui encariñando con todo. No podría decir qué me gusta más. Yo coleccionaba todo.
–Hay muchos tapices, muy variados y de distintas procedencias...
–Me gustan para llenar paredes. Son para alegrar lugares tristes. Para eso eran, los ponían donde originalmente debían de ir.
–Ha sido usted trotamundos...
–Así como he viajado por el mundo entero, no he encontrado nada que valga la pena fuera de las grandes ciudades, fuera de Londres, Ámsterdam, Roma... Sólo puedo decirle que salían sobrando los viajes y que las buenas colecciones siempre sabíamos dónde estaban y cuáles eran.
–¿La India parece ser su país predilecto...
–Me gusta todo lo que esté abandonado. Me gusta la India igual que cualquier parte, nomás que la gente me inventa cosas. Las antigüedades abandonadas son las que me gustan.
–¿Y su libro sobre la mesa mexicana?
–Lo hice en mi juventud. Yo creo que no tenía nada que hacer. Soy culta, aprendí algo, pero ¿cómo se dice cuando uno no es completamente culta? En mi casa había pura gente preparada. Nunca se habló más que de cultura.
Pasión por las orquídeas

Otra de las pasiones de Lydia Sada es la jardinería. Es famosa su pasión por las orquídeas. Sus jardines están llenos de flores. Durante la entrevista acaricia una maceta con dos orquídeas. Se incorpora y las acomoda porque, dice, Ellas tienen su lado. Ahora les hago poco caso. Siempre me han gustado las orquídeas. Son muy difíciles de cultivar. Tenía unas muy raras, pero ahora ya las he regalado. Ya no tengo.
Dice que su fórmula para llegar lúcida a los 96 años es no cometer los excesos que a todos nos gustan: A mí también me gustan los chocolates, pero aquí no me dan, dice riendo, mientras comenta que su día empieza a las 10 de la mañana.
Doña Lydia tuvo cuatro hijos: Lydia, que murió de pequeña; Pablo, quien falleció el año pasado en un accidente de avioneta; Roberto, ingresado hace años en una institución después de haber sido discípulo de Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, y Tomás: Tengo pocos hijos, no tengo de dónde sacar más nietos.
–Usted fue única hija... ¿sufrió machismo?
–Me respetaban porque no había otra mujer (risas). En mi casa no había tal cosa, eso de machismo no existía.
–Su hija se llamaba Lydia como usted...
–Sí, murió pequeña. Mejor que se mueran chiquitas a grandes, porque los recuerdos no son iguales. El recuerdo que puede dejar un hijo adulto es mayor. Pablo murió el año pasado.
–¿Cómo le gustaría ser recordada?
–Por haber cuidado estas valiosas piezas, lo considero un privilegio temporal.

sábado, 2 de marzo de 2013

Reality show de la socialité regiomontana


El pleito de los Garza Sada, uno de cientos, dice Cristina Sada
Herencias multimillonarias sacan a flote odios entre familias de NL
Mataste a papá, acusan sus hermanas; Roberto se burla y también las agrede


Sanjuana Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 24 de febrero de 2013, p. 8

El video subido a la Red es violento: los hijos del empresario Roberto Garza Sada, María del Carmen, Gabriela y Roberto Garza Delgado, se insultan de manera vulgar, amenazan y agreden físicamente: tú mataste a papá. Eres un asesino, lo acusan ellas.
El trasfondo del asunto familiar hecho público es la herencia de 900 millones de dólares del empresario Roberto Garza Sada,, fallecido hace seis meses, quien era sobrino de Eugenio Garza Sada; fortuna que incluye además un avión de 15 millones de dólares, obras de arte y otros bienes valuados en 22 millones de dólares.
Se trata de una herencia 10 millones 700 mil acciones de Alfa que desaparecieron del fideicomiso 48990-0 del Banco Santander. El industrial nombró albacea de la herencia a su hijo Roberto, dueño de la empresa Selther Simmons y presidente de Grupo Gard, pero recientemente éste fue denunciado y removido mediante un juicio mercantil interpuesto por sus hermanas Gabriela, Viviana y María del Carmen, quienes también lo denunciaron penalmente ante la agencia del Ministerio Público especializada en delitos contra la industria e instituciones de Nuevo León.
La disputa de los hermanos Garza Delgado por la herencia de su padre se suma a otros pleitos de familias de la oligarquía de Nuevo León: Javier y Roberto Garza Lagüera Garza, quienes hace unos días protagonizaron un altercado y Javier resultó herido de bala en un pie; Alfonso Romo Garza y su suegro Alejandro Garza Lagüera mantienen una disputa por la venta de una de las empresas en la que compartían acciones; Martha Maíz García, quien ha acusado públicamente a su hermano José de despojarla de la herencia de su padre; también los Lobo Morales y los Gutiérrez Muguerza, entre otros.

La tecnología los hizo públicos

Y aunque todos los testamentos son públicos, los pleitos por herencias multimillonarias siempre han existido, pero se mantenían en secreto, pero ahora, con el uso de las nuevas tecnologías, ya no.
Es más común de lo que sale a la luz, dice en entrevista con La Jornada la empresaria Cristina Sada Salinas, quien junto a sus hermanos también disputó la herencia de su padre, Roberto Sada Jr., que le dejó su abuelo Roberto G. Sada, demandando a sus tíos Adrián y Lydia: estamos hablando de escisiones profundas en las familias regiomontanas. Si bien han hecho públicos sus pleitos, esto debe ser la punta del iceberg. Debe haber 100 más y no van a parar, porque los capitanes de empresas, que ya tienen 80 años, están muriendo. Y estos pleitos son de los hijos de 50 y 60; de los nietos de quienes iniciaron la industria de Monterrey.
Prima de los Garza Delgado, hace una reflexión en torno a la distribución equitativa de la riqueza y el valor de la solidaridad: ¿tenemos derecho a recibir herencias multimillonarias? Yo sé que es romper un paradigma, pero me lo pregunto porque no hay nada de meritocracia. Es solamente porque son hijos y los padres legan, y lo que veo es un ego extendido. Ninguna familia necesita 900 millones de dólares. En un mundo globalizado pregunto: ¿es ético heredar tu gran fortuna sólo a tus hijos? Dentro de 100 años, si el mundo evoluciona, esto se va a ver como un acto de barbarie.

Él grabó la riña y la subió
La grabación del último pleito de los Garza Delgado fue realizada por Roberto Garza Sada, hijo de Roberto Garza Delgado y nieto del empresario fallecido. La escena ocurre en un extenso terreno ubicado en el próspero municipio de San Pedro Garza García, donde los cuatro hermanos tienen sus respectivas residencias, pero comparten un jardín común dividido por una calle interior. La vulgaridad de los insultos y la agresividad de ambas partes está presente en todo el video, que dura 12 minutos.

Cobarde, ¿por qué no vienes sin tus guardias; por qué no me enfrentas solo? Defiéndete solo, sicópata, dice a modo de bienvenida María del Carmen. Y Roberto contesta: “Con creazy people (gente loca) no se puede”. Ella se enfurece; le grita palabras soeces y vuelve a acusarlo: ¿sabes cuándo te voy a demostrar que mataste a papá? Tenemos las pruebas... Ya verás cuando estés en la cárcel”.
En ese momento, su hermana Gabriela se aproxima con tono más tranquilo: No te rías mucho. Ustedes mataron a papá. El esposo de María del Carmen, Juan Celada González interviene: ya deja a tus hermanas en paz.
Fue entonces cuando Roberto reaccionó con malas palabras y se armó la trifulca con golpes entre las dos hermanas, Roberto y sus escoltas. Los ánimos se exacerban. Gabriela llora y grita: tú fuiste el que me agredió primero. Mi madre es tu madre. María del Carmen se dirige a su hermano de manera despectiva: ¿quieres pegarme? Órale, pégame para que salga en el periódico... Tu papá te está viendo desde allá arriba.
Roberto se burla de sus hermanas; se mofa constantemente, las insulta y las provoca. Gabriela y su hermano exhiben la importancia de clases para ellos: la abuela de tu mujer es una cocinera. Roberto contesta: pero es digna, no como las que hay aquí, dice en referencia a sus hermanas, y menciona la supuesta relación de una de ellas con un carpintero.
María del Carmen se enoja e interviene: todo lo que tienes está robado. Te la voy a cobrar, le dice al tiempo que lo amenaza cuando se retira. Gabriela parece también irse a su casa y mientras camina y da la espalda grita: qué lástima que mataste a mi papá; a mi mamá también la mataste.
Se escucha a su sobrino Roberto intervenir antes de mostrar un arma larga: ya te tocan tus medicinas, tía. Órale, váyanse a dormir. Ella contesta: vas a ver Roberto, se va a morir una de tu familia, la voy a matar, como tú mataste a mi papá. Él contesta: tengo lana, y tú no. María del Carmen responde contundente: porque te la robaste.
Cuando se van, Roberto señala: todo está grabado. Gabriela contesta: me da gusto; súbelo a Internet, a Facebook ahorita mismo. Y él finaliza: órale. El video esta en YouTube.
El altercado videograbado ha servido para que Roberto interponga una denuncia por amenazas ante el juzgado séptimo familiar, que finalmente le concedió una orden de restricción que prohíbe a sus hermanas acercarse 200 metros a la redonda.

Fortunas en disputa
                                               El empresario Don Roberto Garza Sada
Los pleitos por multimillonarias fortunas son cada día más comunes en Monterrey. Sada Salinas parte de una disputa por herencia; se muestra impresionada por el video: estamos hablando de un sobrino enfrentando a las tías con un arma larga. El cinismo con que el hermano habla a sus hermanas, mientras ellas le espetan la sospecha de asesinato de su padre; entiendo que estén muy enojadas. Son pleitos tremendos: de un suegro que demanda a su yerno; imagina lo que es eso para la esposa, que es el caso del pleito Romo-Garza Lagüera. Hay hermanos que sacan pistola y se hieran, como los Garza Lagüera Garza; y este último pleito con un video editado por Roberto. Supongo que cree que queda bien, pero él es quien peor queda. Veo un machismo del padre, que confió en esta calidad moral de hijo para que fuera albacea de su fortuna. Veo una aparente corrupción mayúscula del Banco Santander, porque el hijo y los ejecutivos del banco desaparecen una parte importantísima de la fortuna, que incluye la venta que hizo Alfa de Hylsa, y la pagó en millones de dólares. Ellas están molestísimas porque tenían el mismo derecho a heredar eso. El hermano decide quedarse con casi todo. Ahora sabemos que la fortuna es de 900 millones de dólares porque se convirtió en pleito, si no, la cantidad hubiera sido callada, dice Cristina Sada Salinas.
La empresaria va más allá: “Monterrey tiene una idolatría por los capitanes de la industria, y a lo mejor se comprende porque fue la pujante Sultana del Norte. La mayoría fue gente muy visionaria y con mucho arrojo, de gran trabajo y gran disciplina, pero nosotros somos los nietos. ¿Qué paralelo hay entre esa fortuna que comenzó hace 100 años y la meritrocracia de los nietos? Yo no veo ninguna. Al menos, los capitanes de empresa no tenían este desprestigio”.

Bill Gates sólo lega 6 mdd
Señala que hay empresarios como Bill Gates que ha decidido dejar sólo 6 millones de dólares a sus hijos, y el resto de su inmensa fortuna a distintas fundaciones. “En Monterrey eso no se ve. Hay un poquito de filantropía, que al lado de las fortunas existentes es mínima. Damos las migajas. Si seguimos con esa mentalidad de arrasar egoístamente, de acumular y luego legar a gente que no tiene ningún mérito, sólo porque son nuestros hijos, ¿a dónde vamos a llegar como humanidad? No vamos a durar ni 100 años. El planeta requiere de un cambio de conciencia del ser humano. Requiere eliminar esta brecha que se abre entre ricos y pobres.
Aquí cada vez son más ricos; te aseguro que don Roberto no disfrutó de los 900 millones de dólares, se le fueron acumulando. La economía mundial así esta hecha: los ricos se hacen más ricos porque tienen mejores fiscalistas para evitar pagar impuestos. El capital trabaja solo. La cultura es: mientras yo esté bien, que el mundo ruede.
Explica que en Monterrey, particularmente en la clase empresarial, hay un deterioro de los valores: “si es que un día existieron, lo estamos pagando. No digo que había justicia en 1960, pero por algo había paz. Esto que vivimos de la violencia diaria es una consecuencia de este deterioro completo de dos valores: solidaridad y justicia. Y claro que está ausente en estas familias. Gana el que acapara.
Mientras tengamos estos valores, que aplauden a la persona más encumbrada, en la sociedad regiomontana lo único que se excluye, si se conoce, es que te dediques al crimen organizado, pero si eres banquero eres aplaudídisimo, y hoy en día sabemos que los banqueros en general son los lavanderos del dinero del crimen organizado, pero eso no se condena. Una cosa está clara: no llegas a traicionar a tu familia si antes no traicionaste a tu país y a tus empleados. Si como empresario tienes capacidad de ser solidario con tus empleados, tu ciudad y tu país, no sucederían estos pleitos por fortunas multimillonarias.